LA EVOLUCIÓN DEL CONCEPTO “CHICANO”

LA EVOLUCIÓN DEL CONCEPTO “CHICANO”

El nacimiento de los “New Mexicans”, una nueva identidad (SEGUNDA PARTE)

El legado histórico del término chicano y sus limitaciones contemporáneas

El concepto "chicano" tiene raíces complejas que se remontan al siglo XIX, cuando inicialmente funcionaba como un término despectivo aplicado a personas de ascendencia mexicana en Estados Unidos, de ahí la propuesta de la evolución del concepto “CHICANO” por “NEW MEXICANS”, y que este no sea exclusivo para los habitantes del estado de NUEVO MEXICO, EEUU; sino que sea una generalidad para los descendientes de mexicanos en los ESTADOS UNIDOS, y también de una vez por todas concluyan los califi cativos DESPRECIATIVOS de “POCHO” “BEANER”, “WETBACK”, los “NEW MEXICANS”, del otro lado de la frontera norte generan un PIB MAYOR a todos los habitantes de México, de ahí que se les tiene que dar el respeto y reconocimiento por la contribución que muchas veces por nostalgia hacen a el VIEJO MEXICO (Arango, 2025).

Durante las décadas de 1960 y 1970, el movimiento chicano logró una reapropiación exitosa del término, convirtiéndolo en símbolo de orgullo cultural y resistencia política. El Movimiento Chicano trabajó para abrazar una identidad que combatía el racismo estructural, alentaba la revitalización cultural y lograba el empoderamiento comunitario rechazando la asimilación, mientras que los activistas adoptaron un nombre que durante mucho tiempo había sido un insulto racial y lo usaron con orgullo (Muñoz, 2019).

Sin embargo, esta identidad presenta restricciones en el contexto actual, ya que la etiqueta chicana no fue unánimemente aceptada en la comunidad mexicoamericana, ni fue utilizada por los angloamericanos. Aunque la identidad chicana todavía se usa en muchas comunidades mexicoamericanas, hoy en día ciertamente está suprimida por las etiquetas más amplias de hispano y latino, por lo que la evolución al concepto “NEW MEXICAN”, es vital debido a que el new mexican, tiene un pensamiento diferente a la generalidad, respetando las tradiciones que llegaron por sus descendientes provenientes del viejo México, los “NEW MEXICANS” su evolución ha sido exponencial, que es el momento para que sean califi cados como lo que son nuevos mexicanos(Arango, 2025). Las limitaciones del término chicano se hacen evidentes cuando consideramos que su alcance geográfi co y generacional resulta restrictivo para las nuevas realidades demográfi cas, ya que mientras el movimiento chicano se concentró principalmente en el suroeste estadounidense, la población de origen mexicano se ha expandido por todo el territorio nacional, creando comunidades diversas con

experiencias particulares (Ramos, 2020).

Los datos demográfi cos actuales revelan una transformación sustancial en la composición étnica de Estados Unidos. De 2000 a 2021, la población de origen mexicano aumentó un 79%, creciendo de 20.9 millones a 37.2 millones. Esta expansión demográfi ca ha posicionado a los mexicanos como una fuerza política y cultural considerable, representando el 61.5% de todos los hispanos, o aproximadamente el 60.1% de la población hispana de la nación según datos recientes (Pew Research Center, 2023).

El crecimiento exponencial de esta población ha generado nuevas dinámicas sociales y ha intensifi cado la necesidad de representación política adecuada. La Ofi cina del Censo de Estados Unidos enfrenta retos particulares para contabilizar apropiadamente a esta

población, especialmente considerando que existen aproximadamente 25 millones de personas indocumentadas de origen mexicano frente a 35 millones con estatus legal, del total de 60 millones estimados. Esta situación crea un subregistro sistemático que afecta la representación política y la asignación de recursos gubernamentales, impactando programas como Medicaid, seguros de salud infantil y cupones de alimentos para familias de bajos ingresos (Jalife-Rahme, 2020).

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